REAL CLUB CORUÑA (1904-1919)


 El Real Club Coruña sería el primero en España en ostentar el título de "Real", al aceptar el rey Alfonso XIII su presidencia honorífica el 10 de diciembre de 1908.
24 de Julio de 1910
Artículo de "El Eco de Galicia" (24/04/1909) informando de la adopción del escudo definitivo del Club.
"La Catedral del fútbol gallego" - Parque de Monelos , cancha del Real Coruña 
Inauguración del campo de Monelos el 9 de Mayo de 1909.




Los aurinegros jugaban sus encuentros como locales en el campo de Monelos, situado en el barrio homónimo de la ciudad de Coruña.
En el Salón Villa de París”, situado entre las calles Real y del Torreiro en  Coruña se ha expuesto un cuadro obra del señor Urtiaga con los retratos de los jóvenes futbolistas del Real Club Coruña que el año pasado componían la primera plantilla. También hay una exposición con los trofeos ganados por la sección de fútbol de dicho club, tanto en concursos locales como provinciales, galaico-asturianos o nacionales.
El domingo 14 de mayo de 1916, día en el que el Real Club Coruña había convocado a los participantes al festival atlético en su campo de Monelos, salía publicado en La Voz de Galiciaque el día anterior había llegado a la ciudad, en el tren correo, el equipo de la Sociedad Gimnástica Española de Madrid y que, en dos automóviles, se habían desplazado desde Vigo los conjuntos Real Vigo Sporting Club, Real Club Fortuna y Sports Germania. Al mismo tiempo, por parte coruñesa estaban inscritos los clubes Fabril, Oza-Coruña y RC Coruña.
Año 1919. el presidente del Real Club Coruña entrega una copa a Nolasco del Vigo Sporting.

El público respondió a este torneo vespertino con entusiasmo. “Muchos autos, muchos carruajes, muchísima gente distinguida, centenares de preciosas muchachas…” precisó la prensa, indicando, además, que “en palcos, como en sillas, veíanse numerosas familias de nuestra buena sociedad”. Pero, en lo estrictamente deportivo, quedó reflejado el malestar del cronista al establecer la comparación entre lo bien entrenados que habían estado los coruñeses en una famosa “fiesta romana” de años atrás con respecto a lo vivido en esta ocasión por los representantes de la ciudad. “No se comprende la apatía advertida ayer”, señalaba con amargura. “Sabemos de muchachos coruñeses que son estupendos saltadores y discóbolos, de otros que, como corredores, van dignamente a cualquier concurso. ¿Por qué no se inscribieron y no disputaron ayer las valiosas recompensas que se ofrecían?”
Dos equipos coruñeses, Oza y RC Coruña, fueron los únicos que se presentaron para disputar la lucha de cuerda, adjudicándose el triunfo los integrantes del primero y a los que se les observó “con un mejor entrenamiento”; de este modo, el Oza “lleva ya ganada dos años la hermosa copa donada por D. José María Ozores de Prado”.
 CLUB CORUÑA/FERRER ( finales del S.XIX

Tanto el Oza como el Real Club Coruña habían sido las dos únicas sociedades de A Coruña que se habían inscrito en los Juegos Olímpicos Coruñeses de 1917, y con ellos fue muy crítico Derby al decir que estaban “tan deficientemente entrenados, que era difícil que pudieran obtener buenas marcas”, aunque cierto es que salvaba especialmente a algunos de los componentes del Oza a los que “se observaba contaban con entrenamiento”. Con panorama tan sombrío no es de extrañar esta conclusión: “Este año, al igual que el pasado, la mayoría de los premios se los han llevado, muy bien ganados, los forasteros”.
Debe  especificarse que se había anunciado en La Voz de Galicia del  jueves 5 de septiembre, que una vez finalizadas las pruebas “se correrán dos becerros por cuadrillas constituidas exclusivamente por socios del Real Club Coruña”.
Al mismo tiempo se indicaba que eran tres los equipos, Moto-Ciclo Coruñés, La Walkiria y el Real Club Coruña, los que iban a intervenir en el concurso de lucha de cuerda.
El rotativo coruñés explicaba, el martes día 10, que el “festival atlético-taurino”  había tenido que suspenderse “sin duda a causa de lo desapacible de la tarde”. Sin embargo añadía que esta suspensión había sido parcial debido a que al “surgir protestas por parte de algunos concursantes” se decidió celebrar las pruebas de los Juegos Olímpicos a puerta cerrada.
Los 100 metros fueron ganados por J. Cambón en 12 segundos 1/5, siendo segundo Bachman en 12.3/5, perteneciendo los dos al equipo Español de Vigo.
En 1.500 metros se impuso Luis Carré (Moto-Ciclo Coruñés) en 4 minutos 53/5; segundo quedó E. Rey (Club Galicia) y tercero Nieto (Real Vigo Sporting).
Mientras que en la información de este torneo La Voz de Galicia no reseña que hubiera habido la prueba de 110 metros vallas, la Federación Gallega de Atletismo, en su apartado histórico, sí la contempla otorgándole el triunfo a J. Mariñas (Real Club Coruña) en 19 segundos. El periódico coruñés, sin embargo, sí habla de una prueba de salto de longitud ganada por el citado J. Mariñas con 4,56, disciplina de la que no existe referencia entre los datos federativos. En todo caso, no deja de ser sorprendente la celebración de alguna de las pruebas en el coso taurino teniendo en cuenta la dimensión del mismo, pero… ahí están.
El triunfo en salto de altura se le otorga a J. Mariñas (Real Club Coruña) con 1,40, aunque empató con Luis Carré (Moto-Ciclo Coruñés) y parece que se hizo necesario llegar al desempate.
Briescke (S. Germania) ganó el lanzamiento de peso con 9,40, seguido de E. Peña (Real Club Coruña) con 7,70. Y volvería Briescke a ser el mejor lanzando el disco al conseguir 27,84 metros, quedando segundo Gonzalo Carré (Moto-Club Coruña) con 25,95.
La carrera de estafetas (relevos de 3×300 metros, según la propia Federación Gallega de Atletismo) la ganó el Club Español de Vigo con Cruces, Cambón y Bachmann.
Componentes del  Moto Ciclo-Coruñés y el Real Club Coruña se enfrentaron en el emocionante concurso de la lucha de cuerda, resultando vencedores los primeros tras una disputa de siete minutos, “a pesar de determinar el reglamento que los tiempos no podían exceder de tres minutos”.

Campo de Monelos  , cancha del Real Club Coruña

La equipación del Real , era aurinegra , eran conocidos como  coruñistas ,  fue contrariamente a lo que ocurrió en la mayoría de España el fútbol no fue importado aCoruña por ingleses sino que su introducción hay que agradecérsela a Jose María Abalo Abad, un estudiante coruñés que conoció el nuevo deporte durante su estancia en Reino Unido y que a la vuelta a su ciudad natal decidió buscar interesados en aprender sus reglas y practicarlo. A pesar de que en un principio los voluntarios escasean, Abalo consigue en 1903 contar con un grupo de jugadores en su mayoría procedente de la Sala de Armas Calvet (origen del futuro Deportivo de La Coruña).
Real Club Coruña - 1916 en Madrid 

El Corunna Foot-ball Club, británico nombre que toma el club en su inicio, realiza sus primeros entrenamientos en la Plaza de Toros de la ciudad, y disputa su primer encuentro oficial el 24 de marzo de 1904, ante la tripulación del buque inglés Diligent en su nuevo y también provisional feudo del Corralón de la Gaiteira, con victoria del conjunto local por 3-0. El Corunna F.C. que vestirá zamarra gualdinegra con pantalón blanco cambia pronto su nombre a Coruña Fútbol Club y al no tener rivales en la ciudad debe procurárselos fuera siendo los más habituales los vigueses Vigo F.C. y Fortuna F.C.

1906 forma parte de un hecho fundamental en la historia deportiva de la ciudad.
Muchos de los integrantes del Real Club Coruña eran habituales de la Sala de Armas Calvet, el principal centro deportivo de la ciudad y que contaba con un variado número de disciplinas en su oferta deportiva.
Un grupo de estos alumnos que no pertenecían al Real Club Coruña liderados por el propio Federico Fernández Amor-Calvet retaron a los coruñistas a dos partidos que se disputarían el 9 y 10 de diciembre de 1906.
El resultado fue sorprendentemente favorable a los atletas, que se impusieron 2-1 en el primer partido y lograron empatar el segundo 1-1.
Tal fue el entusiasmo que insufló a los alumnos este enfrentamiento que los llevó a fundar su propio club, el Club Deportivo de la Sala Calvet que se acabaría convirtiendo en el Real Club Deportivo de La Coruña.
Desde un primer momento ambas entidades mantuvieron una gran rivalidad en parte alimentada por su distinta vocación social. Mientras que el Deportivo aceptaba a todo tipo de grupos sociales (aunque era necesario ser miembro de la Sala Calvet con el pago de su correspondiente cuota), el Coruña era considerado el equipo de las clases acomodadas de la ciudad.


El Corralón, el lugar donde empezó todo
En las cercanías se encuentra El Corte Inglés. Y a solo unos metros, un establecimiento chino de variedades. Un siglo después, prácticamente todo ha cambiado en torno al Corralón de A Gaiteira, aquel terreno que alumbró el nacimiento del Deportivo que ahora conocemos. Allí fue donde midieron sus fuerzas el Club Deportivo de la Sala Calvet (Reak Club Deportivo de La Coruña) el Corunna Club (Real Club Coruña), primer paso hacia la creación definitiva del equipo que salta cada dos fines de semana al césped de Riazor.
Real Club Coruña y Deportivo Coruña  1906

En que el esférico botase sobre el descampado durante dos años y medio tuvo algo que ver un nombre ilustre de la urbe por aquellos tiempos. Eduardo del Río y Santos-Lartaud era comerciante, cónsul de Dinamarca en Galicia y dueño de diversas tierras en las proximidades de La Palloza. Él fue quien dio su visto bueno para que los deportistas de la Sala Calvet pudiesen entrenar y disputar los partidos en el Corralón. Sus huellas nos llevan hasta el Cementerio de San Amaro, donde todavía se puede encontrar su sepelio. Al lado, el de su mujer, María Luisa Durán Marquina, descendiente de una familia de la hidalguía local. En cierta manera, ellos también forman parte de la historia del Deportivo, del germen de aquella escuadra que impulsó Federico Fernández Amor Calvet.


Desde el primer momento de la creación del Real Club Coruña y el Real Club Deportivo  Coruña ambas entidades mantuvieron una gran rivalidad, en parte alimentada por su distinta vocación social. 
Mientras que el Deportivo aceptaba a todo tipo de grupos sociales (aunque era necesario ser miembro de la Sala Calvet con el pago de su correspondiente cuota), el Real Club Coruña era considerado el equipo de las clases acomodadas de la ciudad.


  RIVALIDAD ENTRE LOS DOS GRANDES EQUIPOS DE FUTBOL DE LA CIUDAD.
La rivalidad entre ambos clubs va en aumento, produciéndose una serie de altercados en los partidos que los enfrentaban hasta que en 1913 la directiva del Deportivo decide negarse a disputar más encuentros frente a los gualdinegros.
Esto no gusta a los futbolistas del Deportivo que como forma de protesta abandonan el club y forman el Deportivo Auténtico FC.
El Archivo General de Palacio Real, creado por Fernando VII en 1814, conserva la documentación relativa a la administración de la Real Casa y del Patrimonio de la Corona desde el siglo XVI hasta 1931.
En lo referido al fútbol conserva los expedientes de concesión del Título Real a clubs y federaciones, así como la aceptación de la Presidencia Honoraria por parte del monarca o alguno de sus hijos.
El expediente más antiguo (RA13, Caja 8804 Expediente 55) es de 1908 y lleva por título “SM el Rey acepta la Presidencia Honoraria de la Sociedad Deportiva “Club Coruña” y le concede el título de Real”.
Curiosamente contiene documentación relativa a los dos clubs coruñeses (Club Deportivo de la Sala Calvet y Sociedad Deportiva Club Coruña) y al Automóvil Club Valenciano.
Los dos clubs coruñeses son los primeros en solicitar el Título Real y lo hicieron casi simultáneamente y a través de la misma persona: el diputado a Cortes por Bande (Orense) Gabino Bugallal y Araujo (1861-1932).
1913 REAL CLUB CORUÑA

Bugallal solicita el Título para la Sala Calvet en carta del 9 de noviembre de 1908 y para el Club Deportivo Coruña el 19 del mismo mes y año adjuntando cartas de sus respectivos presidentes (Laureano Martínez de la Sala Calvet y Gaspar Barreras del Club Coruña) con su historial deportivo.
La carta del presidente del Club Coruña tiene esta anotación “Concedido por SM 10 dic. 1908″, la carta del presidente de la Sala Calvet no.
Inauguración do campo de Monelos. Real  Club Coruña vs Sporting Club Vigo

El expediente contiene la concesión a la Sociedad Deportiva Club Coruña del Título Real y la aceptación de su Presidencia Honoraria por el Rey Alfonso XIII. No consta la misma concesión a la Sala Calvet.

Este fue para orgullo de nuestra ciudad el primer club “Real” de España: el Real Club Coruña. RECUPEREMOS NUESTRO ORGULLO.
Nota: Quizas alguno se esté preguntando, entonces ¿Que pasó con nuestro querido Deportivo?
El 4 de febrero de 1909, el Rey Alfonso XIII, concedió al club el título de Real.
En la reunión de la Junta Directiva de 1 de octubre de 1908 se acordó “...trabajar activamente para conseguir que S. M. El Rey Don Alfonso XIII conceda a la sociedad el título de Real Club Deportivo de La Coruña.”
Fue cuatro meses después, el 4 de febrero de 1909 cuando el objetivo se consiguió.
Ese día se promulgó en Palacio una Real Orden dirigida a la Presidencia del Club Deportivo de la Sala Calvet.
Decía así: “Accediendo su Majestad el Rey a lo solicitado por usted se ha dignado conceder al Club de su digna Presidencia el título de Real, que podrá ostentar en todos sus documentos. Al propio tiempo, Su Majestad se ha servido aceptar la Presidencia honoraria del mismo, que tan atentamente le ofrecen.”
Tres días más tarde y en una reunión de la Junta Directiva del 7 de febrero de 1909, en sesión extraordinaria, el Secretario del Club Deportivo dio cuenta de la Real Orden enviada por el Mayordomo Mayor de Palacio en la que se accedía a la concesión de dicho honor.
Las actas reflejaban lo siguiente:
“Concediendo a ésta sociedad el título de Real con autorización para usar en todos sus documentos el escudo y armas reales y anunciando a la vez que Su Majestad el Rey se ha dignado aceptar la presidencia honoraria que este Club le había ofrecido en súplica.”
Así pues, el 4 de febrero se produjo la concesión, siendo el 7 cuando la celebración de la sesión extraordinaria hizo oficial a todos los efectos el título a favor del Club Deportivo de la Sala Calvet, que desde entonces pasó a convertirse en “Real Club”; una mera adenda en la denominación que tuvo una gran resonancia en la ciudad.
De hecho, el documento real estuvo expuesto durante mucho tiempo en la sala de espera del Club en la Plaza de Pontevedra.

Torres fue un mitico jugador del Real Club Coruña. 
En 1917 fue fichado por un equipo Americano, a su vuelta fue jugador del Real Club Deportivo Coruña.


Real Club Coruña


TROFEO UN GRUPO DE AMIGOS. (1913)
Real Club Coruña – Real Club Deportivo Coruña 1-1
Tras este resultado el RC Deportivo se adjudicó la copa de plata que ofrecieron “Un grupo de amigos” a través del “Círculo de Artesanos”. 
Dicho trofeo fue entregado días después en el Salón Alto de la Reunión de Artesanos por su presidente Sr. Casas Fernández.
Asistieron al acto la Directiva y el capitán del real Club Deportivo coruñés r. Álvarez

Nota en el Ideal Gallego del 19 de agosto de 1923 de Vidal expresidente del Deportivo, el cual tenía la ilusión que el Real Club Coruña volviese a existir.
Por desgracia de momento no es así. Pero es un ejemplo de que fue una tristeza muy grande para todo el deportivismo y toda la ciudad la desaparición del Real Club Coruña


Cuando el rugbi era «una atrocidad»

El fútbol de los marinos británicos hizo vibrar al público gallego, que perdió entusiasmo en cuanto se pusieron a jugar a un deporte «de barrabasadas»
 Lunes, 13 de febrero de 1911. Andaba la Armada inglesa repartiendo barcos por los puertos del noroeste y los aficionados gallegos no vieron mejor ocasión para medir sus fuerzas con los inventores del deporte «más popular e higiénico de Europa», el foot-ball. Fue el presidente del Real Club Coruña quien tomó la iniciativa de invitar a los marinos a disputar un match, reto que el almirante May aceptó. Por su parte, los británicos reservaron una sorpresa con la que obsequiar al público: una exhibición de otro de sus deportes favoritos.Los anfitriones se apresuraron a organizarlo todo. Un par de días antes del encuentro, La Voz daba cuenta de los preparativos: «El campo de Monelos será engalanado con banderas inglesas y españolas. Con serrín de colores, se hará en la pista una artística greca», además de colocar un «atrayente cartel» obra del «distinguido artista» Saborit. Solo quedaban pendientes pequeños detalles. «Si como se cree el ‘‘team’’ británico está formado por oficialidad de los buques -que es la invitada-, se pondrán a su disposición varios automóviles adornados. También en este caso se les obsequiará con un té en el ‘‘Ideal Room’’ o en el ‘‘Hotel de Francia’’». Por el contrario, «si fuesen subalternos los jugadores ingleses se habilitarán tranvías para ir al campo y se les brindará con un lunch».

La víspera del partido, mientras la mayor parte de los barcos de la escuadra se dirigían a Vigo y Ferrol, a A Coruña arribaban los cruceros Gloucester y Liverpool, cuya oficialidad (se entiende que finalmente eran oficiales porque al día siguiente «los jugadores llegaron al campo ocupando dos automóviles adornados con banderas») formaría el equipo de la Royal Navy.Momentos antes del comienzo del encuentro, la banda de música del Regimiento Isabel la Católica «dejó oír el ‘‘God save the Queen’’ y luego la Marcha Real española». Champán y cigarros«Los muchachos del ‘‘Coruña’’ vestían camiseta a franjas amarillas y azules y calzón blanco. Los jugadores de los cruceros, camiseta roja y pantalón azul». Durante la primera parte, «la prueba fue animadísima». Se llegó al descanso con ventaja de un gol a cero para los locales: «Stagg, el notable portero, se arrojó al suelo para parar la pelota; pero fue inútil. Ovación». Los futbolistas aprovecharon, despreocupados, para reponer fuerzas: «Mientras los invitados del palco presidencial y los jugadores eran obsequiados con champagne y cigarros por la directiva del ‘‘Coruña’’, un hábil fotógrafo obtuvo curiosos grupos».
Tras este alarde de higiene, «prosiguió el match, cada vez más reñido». Marcaron los visitantes. Y cuando aún duraban los aplausos, «lograron apuntarse otro goal». «A la postre, tras una filigrana de combinación, avanzó Joaquín Caruncho y metió el goal más bonito de toda la tarde. ¡Dos a dos! Ovación general. Instantes después, Caruncho, que tenía una fiebre altísima y jugaba por puro compromiso, se retiró del campo. El partido terminó sin nuevos tantos».
El entusiasmo era general. «Hubo los hurras de rigor, y el público enorme -que estuvo discretísimo- desfiló muy satisfecho». Faltaba la guinda a una agradable tarde «de sport».Fue poco después, ya «en el magnífico campo del ‘‘Deportivo R. C.’’», cuando se dispusieron a jugar «una partida de ‘‘rugby’’ un equipo del ‘‘Gloucester’’ contra otro del ‘‘Liverpool’’».«Desolladuras y contusiones»Pero este otro deporte no era tan del gusto local. «Es una atrocidad que difícilmente tomará carta de naturaleza en España», sentenciaba el periodista, que resumía así lo que ocurrió en el terreno de juego: «Los jugadores se aporrearon y rodaron por el suelo durante el tiempo que duró la prueba. Hubo tremendos batacazos, y varios jugadores resultaron con desolladuras y contusiones muy apreciables. Que aproveche». Para colmo, «ni unos ni otros hicieron goal». Simplemente, «se anotó cinco puntos el ‘‘team’’ del ‘‘Gloucester’’, por haber llevado el balón más cerca de la meta contraria».Movido por la curiosidad, «asistió a la fiesta bastante público, al cual, francamente, no satisfizo la serie de barrabasadas que el ‘‘rugby’’ requiere».El fútbol de los marinos británicos hizo vibrar al público gallego, que perdió el entusiasmo en cuanto se pusieron a jugar a un deporte «de barrabasadas»

Estaba previsto que los VI Juegos Olímpicos se celebrasen en 1916 en Berlín. No pudo ser. La Gran Guerra, iniciada en 1914 y que se prolongaría durante cuatro crueles años, obligó a cancelarlos. Sin embargo, España se mantuvo neutral y un grupo de entusiastas coruñeses acabarían organizando unos «juegos olímpicos» en Monelos ese 1916.
En A Coruña los primeros certámenes atléticos tuvieron un carácter esporádico y festivo. El más antiguo se celebró el 12 de agosto de 1906 en la plaza de toros. Fue una «fiesta romana» planeada por la Liga de Amigos con carreras de velocidad y resistencia, saltos de altura y de pértiga, levantamiento de peso, lucha de cuerda y pushball en las que compitieron gimnastas de A Coruña, Ferrol y Santiago. Años después, el 26 de julio de 1910 se organizó un «festival atlético» con idénticas pruebas en las participaron alumnos y socios de la Sala Calvet coruñesa y la Gimnástica Española de Madrid. A pesar de estas iniciativas, el sport atlético tuvo escaso desarrollo en la ciudad.
Intentando cambiar esta situación, en 1915 Arturo Alvarell publicó en la prensa diversos artículos explicando las características de las disciplinas atléticas y haciendo un llamamiento para la organización de unos «juegos olímpicos» en A Coruña que sirviesen de estímulo para su práctica. La idea fructificó y fue asumida por el Real Club Coruña.
Pruebas
Los juegos constarían de nueve pruebas: carreras de 100 metros lisos, 110 metros vallas, 1.500 metros y de estafetas o de relevos de 3x300 metros; también habría lanzamientos de disco y de peso, saltos de altura y longitud con impulso, y lucha de cuerda. Podía inscribirse cualquiera, bien a título particular o bien formando parte de un club, pagando una cuota de 2 pesetas por cada prueba en la que quisiera participar. Los premios a otorgar fueron donados: las copas, por relevantes políticos liberales vinculados con A Coruña, y las medallas, por sociedades recreativas coruñesas. Las pruebas se celebrarían en el campo de fútbol de Monelos, inaugurado en 1909 y propiedad del R. C. Coruña.
El 14 de mayo de 1916, a las 4 de la tarde, con un día espléndido y numeroso público, comenzó la «Olimpiada de Monelos». Concurrieron atletas coruñeses, de los equipos del R. C. Coruña, Deportivo, Fabril y Oza-Coruña, y vigueses del R. Vigo S. C, R. C. Fortuna y Sports Germania (formado por alemanes residentes en Vigo), así como representantes de la Gimnástica Española de Madrid. Tanto La Voz como El Noroeste resaltaron el éxito del certamen, lamentando el fracaso coruñés, pues la casi totalidad de las medallas se las llevaron los vigueses, siendo las marcas registradas bastante modestas en relación con el ránking olímpico vigente.
Esta competición atlética se volvería a celebrar al año siguiente, el 15 de julio de 1917, en el campo de Monelos, también con notable éxito. Peor fue en 1918, pues se realizaron el 8 de septiembre en la plaza de toros y sin público debido al mal tiempo. No se volverían a repetir, pero fueron el embrión de los campeonatos gallegos de atletismo al aire libre.
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La iniciativa partió de Arturo Alvarell. Poco sabemos de él, solo que vivía en A Coruña y era un apasionado defensor de la práctica del atletismo. El 23 de marzo de 1915 publicó un artículo en el periódico El Noroeste titulado Por qué no hacer sport…? Y se hacía esta pregunta porque observaba que en A Coruña, en comparación con lo que se hacía en Vigo y otras ciudades de España, no había interés por la realización de competiciones atléticas, más allá del fútbol.
Para cambiar esta situación Alvarell hacía un llamamiento: «Deportivo, Coruña, Gimnasio Calvet y todos los clubes locales, ¿qué hacéis que no laboráis pro sport? ¿No os llamáis sociedades deportivas? Pues… ¿entonces? A entrenar a vuestros socios y a hacer de ellos atletas, si queréis dar a vuestra ciudad el nombre y lugar que le corresponde entre las demás».
Desde las páginas de El Noroeste continúo abogando, en artículos sucesivos, por la extensión de los ejercicios atléticos, considerando un deber «inculcar en el ánimo de las multitudes jóvenes el amor a los deportes y el afán de practicarlos» para que crecieran «robustos, sanos y aptos para toda clase de trabajos».
Gimnasia sueca y flexiones
Además de hacer estas apelaciones escribió sobre la manera de adiestrarse. Así dio consejos (artículo del 16-4-1915) de cómo empezar a entrenar para ser un «corredor pedestre» exponiendo como se adaptaba el cuerpo al esfuerzo físico y lo que había que hacer: progresividad en el esfuerzo complementada con gimnasia sueca, respiración, flexiones, cuidado del aseo personal, duchas y masajes.
También habló (6-6-1915) de las ventajas del fútbol considerándolo uno de los deportes más completos para el desarrollo de la juventud por fortalecer músculos y pulmones y contribuir a la mejora de las capacidades de decisión, serenidad y cálculo.
El 1 de octubre de 1915 propuso la organización en A Coruña de un «festival atlético», de unos «juegos olímpicos», con la finalidad de estimular la práctica deportiva y dar a conocer a los atletas existentes. Para favorecer su consecución expuso a la opinión pública y a los posibles practicantes las características de las distintas disciplinas atléticas. Una tras otra fue analizando como se debían efectuar las carreras de velocidad de 100 metros lisos (18-10-1915), las carreras de resistencia, las carreras de vallas de 110 metros (25-10-1915), el de lanzamiento de disco, peso y jabalina (15-11-1915), los saltos de altura, con y sin carrera, los saltos de longitud (29-11-1915), y la cross-country o carrera campo a través (17-1-1916).
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A CORUÑA 
«Esta hijita es mi inmenso pesar, pues son los ojos de mis ojos, la cara de mi cara, el cuerpo de mi cuerpo, en fin, la ilusión que tenía en la vida». Corre el 28 de agosto de 1936. Francisco Prego escribe, desde la cárcel, a su mujer, Obdulia. Ya sentenciado a muerte, se acuerda de la cría que va a dejar huérfana. Tres días más tarde, pim, pam, pum. Lo fusilan.«Los ojos de los ojos» del ejecutado recorren, 67 años después, el Campo da Rata, un rincón al que ni tanto horror ha logrado extirpar su ruda belleza. A Luisa Prego, la «hijita», el recuerdo le conmueve más que el paisaje. «Aquí fue», señala la cara de su cara. «Aquí lo mataron», remarca su hermano, Francisco. Para él, para el chico de la casa, muy pronto el hombre, también tuvo palabras su padre en la carta a Obdulia, muy pronto viuda, fechada el 28 de agosto. «A Pancho le dices que sea trabajador y estudie cuanto pueda, llegando incluso al sacrificio: que no se meta en política, por nada ni por nadie, pues antes de hacerlo que pase hambre primero». Han vuelto al lugar del crimen. A petición de La Voz, y por un motivo feliz. El Concello acaba de dedicar una calle a su padre. Con otra ha sido honrado Manuel Guzmán. Y uno de los tres hijos de éste, José, también está hoy aquí para reivindicar a su progenitor, pasado por las armas el mismo día. Hablemos de Manuel Guzmán García (Rentería, Guipúzcoa, 1878). «Fue carabinero (vigilante de puertos y aduanas), durante 12 años, y después se dedicó a actividades comerciales», apunta José. Animado por su amigo Santiago Casares Quiroga (el jefe del Gobierno tras la victoria del Frente Popular en 1936), Manuel, que nunca hasta entonces había participado en política, fue elegido diputado a Cortes en aquellos comicios.Mitin de AzañaManuel Guzmán era íntimo de Francisco Prego (A Coruña, 1891), jefe del negociado de obras del Ayuntamiento. «Casares nombró gobernador civil a Francisco Pérez y le pidió a mi padre que lo ayudase, porque era joven (tenía 25 años), y de fuera. Así lo hizo», cuenta Luisa Prego, la hija del funcionario. José Guzmán aún recuerda el día, «quizá de 1935», en que acudió con su padre a casa de Francisco Prego para recogerlo y partir hacia Madrid, «donde vimos el mitin de Azaña en la plaza de toros de las Ventas».El 20 de julio de 1936, los dos hombres ahora homenajeados por el Concello estaban en el Gobierno Civil cuando sonó un cañonazo. Empezaba así el ataque de los militares sublevados. Uno de los artilleros era el cabo Santiago Gómez, «que tiene calle en la ciudad», apunta Guzmán. Los dos amigos abandonaron juntos el edificio y se ocultaron en un piso de la calle de la Florida. Francisco Prego hijo se asustó cuando fueron a buscar a su padre a la casa familiar. «Le dijeron a mi madre que, si no aparecía él, me fusilarían a mí. Yo sólo tenía 15 años». Guzmán y Prego estaban preparando su huida cuando fueron detenidos siete días después. Después, los condenaron a pena de muerte en un consejo de guerra. A ellos y a otros cuatro implicados en los hechos. Además, la sentencia obligó al pago de tres millones de pesetas «en forma mancomunada y solidariamente» en concepto de responsabilidad civil. «Sólo mi padre tenía dinero, así que nos embargaron bienes muebles e inmuebles. Desde nuestra casa hasta la radio», recuerda José Guzmán. «Vivimos años desesperados. Qué mal lo pasó mi madre. Subsistimos por la ayuda familiar. Mis hermanos y yo pudimos estudiar gracias a Juan Boedo Rouco, director de la Academia Galicia». El Estado no les devolvió sus bienes hasta 17 años después. «En el colegio no podía decir que habían fusilado a papá. Eso sólo le pasaba a los criminales», ironiza Luisa Prego. Saca una foto de su padre formando con el Real Club Coruña -fundado antes que el Dépor y con el que mantenía una gran rivalidad- que el 5 de agosto de 1913 venció al España de Barcelona por 3-1. «Era un gran deportista, también patrón de traineras». «Eran buenos. Y los mataron», zanja José Guzmán
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Año 1909. Gaspar Barreras, miembro del Real Club Coruña, conduciendo  su automóbil deportivo.

CLUB CORUÑA
Heredero del desaparecido Real Club Coruña constituido en el lejano 1903, el Club Coruña nació como Emden Foot-ball Club en 1921 con el ánimo de recoger a varios de los futbolistas que habían militado en el Real Club Coruña y, junto a otros deportistas, seguir aplacando el gusanillo por el fútbol en una ciudad donde, a principios de los años veinte, la crisis futbolística vivida a finales de la década anterior, empezaba a ser superada. El Emden F.C., cuyos jugadores vestían camisa blanquinegra con pantalón blanco, fue junto al Club Oza-Coruña y otros que se constituyeron durante esos años, jugaron alquilados en el Campo de Monelos, propiedad del Real Club Coruña, llegándose entre 1924 y 1925 a especular en un inmediato regreso del equipo titular de la cancha y una posible fusión con el Emden F.C. de modo que el club realista dispusiera de jugadores tras deshacer su primera plantilla en 1919.
Nada de ello se hizo realidad para desesperación de muchos de sus seguidores quienes creían poder ser una alternativa al Real Club Deportivo y revivir aquellos intensos duelos protagonizados entre 1906 y 1913, continuando los blanquinegros con su trayectoria y consiguiendo militar en Primera Categoría junto a los grandes clubs gallegos.
En 1929 el Emden F.C. acomete las obras del nuevo Campo de la Torre de Hércules y se traslada provisionalmente a jugar a la vecina localidad de Betanzos, siendo citado en las crónicas deportivas como Emden de Betanzos durante el tiempo de construcción del nuevo recinto. El Emden F.C. disputa el campeonato de Tercera División valedero para ascender a Segunda División de la campaña 29/30, torneo a raíz del cual toma consideración de su nivel y en marzo de 1930, bajo la presidencia de Luís de Vicente, decide cambiar su denominación a Club Coruña al considerarse sus socios herederos del histórico Real Club Coruña, además de sus colores, los cuales pasan a ser camisa gualdinegra y pantalón blanco como los lucidos por los realistas.
Esta sociedad tendrá una gran importancia durante los años treinta convirtiéndose en el segundo club por orden de importancia en la ciudad herculina, pero tras la guerra desaparecerá en 1942 finiquitando un capítulo digno de ser recordado. Previamente, concretamente en la temporada 41/42, habrá disputado la Fase de Ascenso a Segunda División en su Grupo I, identificada como Tercera División, siendo superado por Cultural y Deportiva Leonesa, quien asciende, Real Valladolid DeportivoReal Santander S.D. y Club Ferrol, quedando colista el Club Langreano.
El Club Coruña, los conocidos como gualdinegros de Monelos y luego del Campo de Hércules, con su última sede en la calle Olmos 16, la misma que comparte con el C.D. Juvenil, posterior filial del Real Club Deportivo, tendrán en la figura de Antonio Mariño Boeda a su postrero presidente y alma mater desde incluso antes de la guerra, habiéndonos resultado imposible localizar su escudo tanto bajo la denominación Emden F.C.inicial como Club Coruña en su último periodo.
En el año 1911, el Real C.D. de la Sala Calvet sufre modificaciones y cambia su tradicional camisa blanca por una blanquiazul y el pantalón negro por uno azul. En el siguiente año, 1912, adopta el nombre de la ciudad con el ánimo de ser mejor reconocido y pasa a ser denominado Real Club Deportivo de La Coruña. Tras varios años de amplia rivalidad entre ambas entidades coruñesas y la disputa de encuentros contra clubs mayormente vigueses así como varios torneos locales, en 1913 la directiva del Real Club Deportivo de La Coruña desestima volver a enfrentarse al Real Club Coruña al considerar que existe una brecha insalvable entre ambos. Esta decisión provoca un gran malestar en la plantilla deportivista, quien se ve privada de disputar derbis con el gran rival, y en 1914 toda ella se independiza y crean un nuevo club: el Deportivo Auténtico F.C., dejando al Real C.D. de La Coruña sin jugadores de fútbol. Una vez llegados a 1918 llega la pacificación, puestopuesto que el Deportivo Auténtico F.C. tras perder la Final del Campeonato Regional, recapacita y decide entablar conversaciones con el inactivo a nivel futbolístico Real C.D. de La Coruña, decidiendo fusionarse fraternalmente y siendo absorbido por estos últimos quienes cuentan con más medios económicos. De este modo consensuado el Deportivo Auténtico F.C. se disuelve y se regresa al “status quo” de 1914. El futbol en la ciudad herculina no se detiene ni se limita a estas entidades y surgen nuevas sociedades como la S.D. Fabril, club nacido en 1914 que en el futuro albergará la cantera deportivista y surtirá de jóvenes talentos al primer equipo.
A finales de la década de los años diez el fútbol parece entrar en un pequeño letargo dentro de la ciudad y el primer afectado es el Real Club Coruña, quien acusa un incipiente semiprofesionalismo y desaparece cerrando 1919 ante la falta de iniciativa y con la marcha de sus jugadores a otros clubs. El Real C.D. de La Coruña se siente también afectado, pero afortunadamente en menor grado, y tan sólo acude a la disputa del Campeonato Gallego y a algunos encuentros amistosos.
1920-1930 En 1922 empieza el resurgir del fútbol coruñés y se funda el Emden F.C., nueva sociedad que nace con fuerza y se instala en el Campo de Monelos tomando el nombre del famoso crucero alemán. Mientras tanto, el Real C.D. de La Coruña se hace con los servicios del gran jugador Pombo y con él sube el nivel de la plantilla empezándose a ver en Riazor rivales de prestigio

24 de marzo de 1904  Real Club Coruña - tripulación del buque británico Diligent - Corralon Gaiteira

ENERO 1913 

enero 1913
5 enero 1913 Real Club Coruña – Escuadra inglesa     0-5
6 enero Real Club Coruña – Escuadra inglesa        0-2
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12 enero Real Club Coruña – Club Galicia                  1-0      
Final del Campeonato de Sociedades organizado por el Real Club Coruña. Ambos equipos fueron los que más puntos consiguieron en la primera fase y por ello se disputaron una artística palma de plata que finalmente se adjudicó el club organizador.
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19 enero 
 Real Club Coruña – Club Galicia     
Final del Campeonato de La Coruña. Se disputaron el primer premio, consistente en once medallas de plata y, el segundo, once medallas de cobre.
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25 enero RCD Coruña – RC Coruña 3-0
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26 enero  Real Club Coruña – Real Club Deportivo de La Coruña     1-3      
Tras tres años de malas relaciones, ambas directivas se reunieron para intentar poner fin a esta situación. Para ello la sociedad Reunión de Artesanos entregará una copa de plata a aquél equipo que gane más puntos en tres partidos o en cuatro si hay empate.
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30 enero En el Teatro Rosalía de Castro de  Coruña, con motivo de la Fiesta del Carnaval organizada por la Asociación de la Prensa, un grupo de muchachos pertenecientes al Real Club Coruña actuaron en una comparsa vestidos de pierrots luciendo los colores amarillo y negro de su sociedad.
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Comentarios

  1. ¿Se sabe cual era la ubicación exacta del antiguo Parque de Monelos? Gracias.

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    1. Más o menos caía entre lo que es hoy la biblioteca pública Miguel González Garcés y el colegio público María Pita, en el polígono de Elviña.

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